jueves, 25 de marzo de 2010

NÍNFULAS AL ACECHO: FECHA 16

Poesía de mujeres: ¡poesía de miércoles!

David Novoa

A diferencia de los machos que llegaban sudorosos, con la camisa abierta y la mirada aguachenta y luego leían a gritos roncos, golpeándose el pecho con los puños, las mujeres, definitivamente, cambiaron la tónica de las lecturas de poesía. Una delicada fragancia invadió sugerentemente el Chaska la semana pasada. Repentinas mariposas, flores que se abrían sonrientes en el aire, invisibles oleadas de ternura nos invadían, mágicamente y entre suspiros, gracias a la presencia de tres bellas poetas.
Pero antes de disfrutar del paraíso terrenal teníamos que atravesar el último bastión de la virilidad peruana: El rico Chimbote. La presencia del pundonoroso escritor Augusto Rubio en el Chaska se encargó de ello, y su flamante poemario Poquita Fe, presentado por César Olivares, fue el paradojal inicio de nuestra noche femenina.
Así, luego de sus contundentes dilucidaciones histórico-literarias, les siguió la vital aparición de Karina Bocanegra, blogger, filósofa feminista y rompecorazones. Karina saludó con la femenil cortesía de la que carecen las bestias masculinas e ipso facto nos regaló el fuego de su lírica: Y las palabras copulan en una danza eterna/ pero efímera./ Danzan toda la noche/ al día siguiente engrendran/ copulan nuevamente y engendran./ No se fatigan/ es increíble/ ¡pero cómo sufren el perpetuo orgasmo divino/ del dolor! El público, entusiasmado por su inteligente imaginario, oía y oía: Desde arriba/ El Demonio/ caerá desnudo/ morirá sin fe/ cláusula/ ni honor./ El verdadero rugir de la vida/ vendrá aplastándonos/ y descomunal/ me Elevará.../ Karina –a través de la Poeisis- se había elevado. Los aplausos empezaban a ondular al Chaska como una gran caja de cartón. Le siguió Carolina Campos, de voz finita y endulcorante, quien con candorosa desnudez se despachó con estos versos: En los jóvenes hay ebullición/ ideas/ inquietud/ producen pronto/ saben entretener un auditorio/ en estos días/ son cosas que se aprenden en la escuela./ Yo soy de los que esperan terminar una idea/ antes de abrir la boca. Su lectura lenta, parsimoniosa era deleitosa a los oídos: Espontáneamente, saborear lo liviano/ aunque fuera posible/ enraizarle causas o sustentos... Los asistentes se diluían en aplausos. Qué diferencia con las noches donde los poetas eran hombres: El aliento aguardientoso de los aedas, sus modales de cargadores de bultos unido a sus poses de estrellas de cine, ufff, qué fatuos lucen los machos ante el fulgor de la naturalidad femenina. Esta noche, afortunadamente, era distinta: El elenco de Alicia en el País de las Maravillas, Jana, Romi y Shiryu, fieles a la Poesía -siempre desnudos-, cuchicheaban sus comentarios cuando Matilde Granados, nos cantó con descarnada sensualidad: Me meto bajo tus sábanas/ te palpo, te acaricio, te exploro/ recuerdo mis clases/ de anatomía y voy marcando/ las partes de tu cuerpo con un beso/ llego hasta tu corazón/ y me quedo en él/ para ser tu dístole y tu diástole/ la doble circulación que navega/ dentro de tus venas/. Empezó con el pie derecho nuestra cálida Matilde: Me meto debajo de tus sábanas/ y si quiero me meto en tu vida/ la tomo, la hurto, la hago mía/ de ningún santo o dios en la tierra/ ¡mía y solamente mía! Las damas asistentes prorrumpieron en plausible aceptación, Matilde acababa de ser proclamada sensual, posesiva y brujeril: la esencia misma de la terrestre feminidad. Los ánimos se caldeaban más y más cuando llegó el turno de Beto Barriga, nuestro inocente querubín de la oscuridad. Beto espetó los versos de su último arrebato poético y aunque quizo diluir el ambiente a golpes de bastón, sólo acentuó la cruel realidad de la condición humana: Que las mujeres son lo máximo. Poesía de Miércoles concluyó entonces con un reivindicador cachetadón del mundo femenino en nuestro rostro: Pausadas y seguras, las hembras leen mejor que los nerviosos y asustadizos machos.
Punto.

viernes, 19 de marzo de 2010

NUESTRAS QUINCE ROSAS

Poesía de Miércoles y de mier...


Luego de la irrupción de los poetas místicos: Víctor Palacios, César Castillo y Alejandro Bengoa junto al anarquista Alexei Chacón, Poesía de Miércoles se afirmó en su derrotero: Abrir sus puertas a poetas de toda laya: A los buenos, a los malos y a los requetemalos. A los prestigiosos que han escrito libros y ganado premios leyendo junto a aquellos que sólo han escrito poemas en la última hoja de su cuaderno de matemáticas.
Esta última semana aparecieron, justamente, los requetemalos. Dos buenos y un requetemalazo, para ser más exactos. José Ramírez, Cristopher Acosta y, el negado por los dioses, David Novoa, respectivamente. Siendo un evento regido por los insondables designios de la Poiesis, Poesía de M abrió fuegos con una afluencia –sorpresivamente y por primera vez- minúscula, sólo se llenaron –por primera vez- la mitad de los asientos y el ala invisible de la Inspiración –por primera vez- no levantó vuelo. Y así empezó este histórico recital que ni el elenco de Alicia en el País de las Maravillas, presente y expectante, pudo salvar.
Inició Novoa. La performance NUNCA MÁS TEMER –en versión de salón- fue su ofrenda para el respetable: ¿Queréis oír palabras bellas, nobles, edificantes?/ buscad a un sabio ¡y fingid que lo entendéis!/ ¿Queréis -por una vez siquiera- oíros a vosotros mismos/ ¡Escuchadme a mí!/ vuestro igual/ debo deciros dos palabras:/...¡¡¡ESTÁIS MUEEERTOS!!! El público, magnánimente, le prodigó ralos aplausos. ¡Sí, muertos!, pues la muerte no es morir/ ¡sino no sentir la Vidaaa! Entonces le aplaudieron más (no vaya a ser que acentúe sus invectivas el loco). Finalmente, Novoa fue sentado a la mesa de lecturas con la ayuda de cinco enfermeros, tres camisas de fuerza y dos cachetadas del organizador Jorge Tume. Y continuó la noche.
Le siguió el poeta José Ramírez, extirpado desde las fulgurantes entrañas del grupo Legión: ...Y resuenan etéreos en la nada/ nostálgicos dialectos/ en los brazos infectos/ de mi rutina abandonada... Concluyó José –a ritmo de letanía- la descripción de su propio canto. Los aplausos sonaron carraspeantes. Se requería cierta onda, pero ya era muy tarde: el respetable partía mirando a los costados, silbando distraídamente, abandonando el barco. Repentinamente sólo éramos un clan, un puñado, una secta de fieles a la Poesía. De mártires del ensueño. De vagos disfrutando la belleza de la vida. Entonces la Inspiración abrió sus pétalos y afloró el anhelado perfume en labios de Cristhoper Acosta. Mi mano dibuja/ jeroglíficos florales/ mientras llegas/ Bruja, con tus males. Leía embelesado y embelesando. Amor, no me queda un grito en la garganta/ que no cobre la forma de tu nombre/ quien me crea día a día con la sagrada materia de lo amado/Desde mi gozo y mi tristeza/ Amor, te he convocado. El feeling de un bolero cantinero oído por la radio a medianoche, Cristopher Acosta. El balido de amor de una cabra extraviada en soledosos roquedales, Cristopher Acosta. La declaración de amor en una escuelita en la mañana, ése era Cristopher Acosta. Beto Barriga –quien había crecido como dos o tres metros la última semana- coloreó la noche de negro con un poema sobre el Poder, el Juez y el Absurdo... y sanseacabó: Estrechones de mano. Poca conversa. Rápidas partidas.
Finalmente, ya sin nadie en el Chaska, sólo quedó un loquito bailando en el estrado, con las luces apagadas. ¡Mi amor, te amo como eres, mi amor! ¡Lo que me des lo devoro agradecido, lo que me digas -por más absurdo que sea- lo creo, fascinado, mi amor, y lo convierto en mi Verdad! ¡Tú eres Mi Amor, Poesía! ¡Eres mi Diooos!
Y bailaba y bailaba, solito.

lunes, 8 de marzo de 2010

LAS CATORCE DE MIÉRCOLES

YO SOY QUIEN NO TE QUIERE MÁS

Amigos, algunas imágenes y pocas palabras de lo que fue poesía de miércoles en su última edición. Esta vez las voces, y no los versos, hablaron por sí solas.


Alejandro Bengoa, César Castillo y Víctor Palacios animaron la última velada de poesía de miércoles. Poesía de calidad que en algunos casos, por problemas de vocalización, no pudo ser comunicada en su real dimensión.

La performance poética de Alexei Chacón, en la sala negra, le dio un toque mágico a la noche. Fino ritual para soñar con la belleza.

jueves, 4 de marzo de 2010

DESDE MARTE CON AMOR!!!

Por David Novoa

Los poetas son unos marcianazos. Dicen que los botaron de Marte -por marcianos- y que llegaron en una nave espacial llena de flores, con alas de libélula, navegando sobre un delicado olor a melancolía. Pero se equivocan: los poetas son de Venus, del planeta del ensueño y de la feminidad. Son extraterrestres, sí, pero su esencia es sensible y si a veces, ebrios, se exacerban en el fragor de las batallas, no es por burda bravuconería, sino por proteger al ser amado, que en la mayoría de los casos suele ser una flor.
Tres de estos alienígenas alunizaron sobre el Chaska este miércoles último. Eran altísimos –había que mirarlos como quien levanta la vista hacia el sol- y en lugar de la cordura utilizaban el color amarillo. El primero de ellos, César Olivares, El Pibe, inició el recital con nítida vocalización: Aunque digas que mis palabras son oscuras/ Tú eres la Luz de la que hablo/ Poesía. Rotundos aplausos. ¡Es bueno este muchacho!, se oyó a un entusiasta, pero fue desestimado inmediatamente porque se le identificó como Jorge Tume, su insobornable fan, (otro marciano). A mi primer amor/ no le seducían/ los ladridos ni las meneadas de cola/ por eso me dio a elegir:/ O tu perro o yo// Naturalmente/ le hice una perrada. Concluía Olivares con curativo buen humor para dar paso, cordialmente, al poeta que suele desaparecer desnudo por el horizonte desértico y días después reaparece con el rostro fulgurante y los ojos en blanco. Se rumorea que ha visto a Dios y que, incluso, le ha tomado fotos. Cantó así José Carlos Orrillo: Los Guardianes de la Tierra/ son los vigilantes ocultos de los territorios/ sagrados./ Desde lo alto de los cerros/ mimetizados en las formas de las piedras/ vigilan la transformación inexorable de sus templos y huacas.// Silenciosamente observan a los hombres del presente discurrir distraídos/ bulliciosos/ ignorantes/ del Sentido/ y de lo Santo. De inmediato, de forma inusitada, a merced de un gesto mágico, Orrillo se transformó en una ameba, luego en un pez, después en un reptil, pasmosamente pasó a ser un ave y concluyó su metamorfosis –que duró menos de un segundo- cuando volvió a su forma original: un marciano. Y fue de esta taumatúrgica manera que dio paso al talentoso aeda nacido en Chile y domiciliado en México, Héctor Hernández Montesinos. Hernández llegaba precedido de un díscolo y bien fundado prestigio, de poderosos poemarios y de experiencias en éste y otros mundos. El recientemente galardonado con el máximo lauro de Poesía en su país –el premio Pablo Neruda-, inició así: No a las respetables putas de la belleza/ no a los distinguidos perros de la Poesía/ nosotros hemos cantado a nuestra generación/ sin lograr despertarlos del miedo/ nosotros hemos jugado a ser la palabra derramando a tiros el desenfado/ sobre las cabezas de los boquiabiertos que nunca imaginaron/ un arrebato como éste para la Poesía. El público temblaba de excitación: Buscamos luchar contra la desesperación del tiempo y los demonios del poder/ no escribimos artes poéticas/ leemos la coyuntura de la vida./ Estamos viviendo el luto de nuestro tiempo.// No a las respetables putas de la belleza/ no a los perros de la Poesía. Salva impetuosa de aplausos, Orrillo se transformaba y destransformaba y el público feliz como una perdiz. Le continuaron Beto Barriga con una especial aparición, posteriormente el melodioso joven Eduardo Elías rasguñó las cuerdas para el solaz del respetable y se terminó la noche con los Maravillosos Vigo, -Hugo padre y Hugo hijo- quienes encandilaron noblemente a las almas con guitarra y acordeón.
Se comenta que, a medianoche, una nave espacial sobrevoló el Chaska y se levantó a todo el marcianaje hacia mejores, más etílicas y más elevadas esferas.
Pero nadie la vio.


lunes, 1 de marzo de 2010

POESÍA DE MIER... SOMOS HERMOSOS!

¡Poetas basura! ¡Nunca nadie los ha querido! ¡Nunca nadie los va a querer!!!, resonaba la voz del conciente colectivo trujillano hasta que fluctuaron las vibraciones, cambiaron las mareas estelares y el influjo de los astros se tornó más compasivo para con los amantes de Lo Bello. Fue así que nació Poesía de Miércoles. Ahora cada media semana a partir de las siete y media se abren las puertas del Chaska como eclosiona una flor y entran las almitas a beber la miel del espíritu. Y en esta ocasión lo repletaron ante la inminente presencia de varios ángeles luminiscentes.

El primero en batir las alas fue el actor y poeta David Hoyos con su performance Diez Minutos de Silencio. Invitados los asistentes a la Sala de Performances, se ubicaron cómodamente para disfrutar de los manjares de su inspiración cuando unos ruidos prepotentes y neuróticos invadieron el espacio. El poeta investido de blanco lino y arrodillado en medio una blanca recámara permanecía en blanco silencio. Luego, los sonidos fueron disolviéndose en el mutismo que Hoyos proponía y la habitación quedó transformada en un remanso de paz. Un hilillo de música meditativa empezó a discurrir en la inmaterial quietud. Inesperadamente afloró la voz del poeta: Y más allá todavía/ ahí donde acaba el cuerpo/ donde no hay médula, molécula o átomo/ sólo existe silencio/ hospedando dulcemente la Luz. Concluido su sigiloso hechizo, bajó del estrado y mirando fijamente a los ojos –en medio de una viviente y gozosa calma- se unió en cálidos abrazos con quien hallaba a su paso. Fue así que partió, atravesó en trance las descarnadas calles de Trujillo y se perdió en el horizonte, rumbo al mar.

El segundo en aparecer fue el Poeta del Apocalipsis, Beto Barriga. Investido de sus chaplinescas características -sombrero de paño y bastón en mano-, arremetió contra el silencio creado por David Hoyos y levantando en alto su vara para hincar la apacibilidad de los cielos, imprecó: En vista de nuevos descubrimientos por parte de La Locura/ me empiezo a preguntar porqué en estos días/ me veo invadido por una manada de maravillas/circulando a mi alrededor como moscas./ Sintiendo cómo la duda carcome a los santos que lideran a la gente/ y porque le temo al encierro y a lo que mora en la oscuridad/ pido, hermanos, regocijarse por la caída de La Locura... Afortunadamente su negra filosofía fue engullida por el sacrificio de amor de la presentación previa. Y Beto Barriga fue absuelto de toda culpa. Y Beto Barriga fue aclamado por rugientes multitudes. Y Beto Barriga partió rumbo a su casa a terminar la tarea porque todavía es un colegial y había llegado su madre quien lo llevó de la oreja, muchacho malcriado ya vas ver. Juntándote con los poetas, ¿no? ¡¡¡Ya vas a ver!!!

Y fue ésta la gloriosa partida de nuestro héroe.

Concluimos con el punto más lumínico del programa. La presentación del poemario La Danza Finita del vate chiclayano StanleyVega. Comentaristas: el reconocido poeta Luis Eduardo García, y el ganador del premio Nóbel por siete veces consecutivas, Jorge Hurtado –El Gudi- recién dado de alta de un Centro de Rehabilitación para millonarios. Fiel a su estilo El Gudi se remoloneó con los grandes genios de la historia, citó –en sus idiomas originales- a filósofos y poetas de diferentes partes del mundo y construyó un vigoroso edificio de ideas que quizá nos hubieran convencido de haberlas oído, mas su pronunciación fue tan incierta que todo el mundo aplaudió sin haber entendido nada. Luis Eduardo, zorro viejo en estas lides, vocalizó con tranquilidad, mantuvo el micro a prudente distancia y nos acercó limpia y cómodamente a los atributos de La Danza Finita. Remató el entrañable Stanley Vega con estos crudelísimos versos: Hoy he vuelto a viajar/ hacia un lugar/ donde nadie me espera.//Y es que a decir verdad/ nadie existe.

Al finiquitar el evento partimos todos en poético trance tras las huellas de David Hoyos, atravesando la adversa, superflua Trujillo, hacia el mar.

David Novoa