martes, 8 de diciembre de 2009

POESÍA NO ESTÁ CALLADA

(A propósito de “Poesía de miércoles”)


“Poesía de miércoles” es el sugerente título que le han asignado los escritores César Olivares y Jorge Tume a un evento que tiende a convertirse en el máximo referente literario en nuestra región, ya que se trata de un festival abierto a todo tipo de público que se considere amante de la belleza y que apunta, en todo momento, a reimpulsar la actividad poética que se encuentra tan venida a menos y en peligro de extinción en esta coyuntura de falsa modernidad y mal uso de las tecnologías. El evento cuenta con una sólida organización, pues corajudos y locos creyentes de la verdad se han sumado a esta actividad propuesta por “Infolectura”. Podemos citar el caso del villac umu David Novoa quien, con su vasta experiencia en lides versísticas, se muestra como el indicado para sugerir los aderezos que debe poseer todo recital. También el caso del indecible Omar Aliaga, generoso administrador del café bar “Chaska”, quien no ha dudado un solo instante en poner sus nebulosos ambientes a disposición de la poesía, pues en este recinto no convencional y desacartonado se desangran los mejores líridas cada miércoles. Hacer que la poesía ocupe el lugar que jamás ha ocupado en el gusto de los lectores trujillanos, es el principal objetivo de esta experimentada mancha de hacedores de la cultura; amenazan con poner en bandeja, mismos lechoncitos tiernos, los más cálidos y contundentes poemastros, para que el gran público pueda reanimar su espíritu con las vivencias, emociones y delirios de los poetas de miércoles invitados en cada fecha.
Fui lo suficientemente temprano para testimoniar todo desde el comienzo y vi, como nunca, gente que llegaba en mancha para espectar un recital de poesía. Confuso, les pregunté a algunos de ellos si no se habían equivocado de evento. Sólo me miraban y sonreían. Increíble. ¿Era posible tanta belleza? Pasaban rostros que iban desde la amabilidad hasta el gruñido, desde el desahucio hasta la satisfacción, pero todos ellos pensativos y tal vez con una gran interrogante que los justificaba: ¿será otro recital aburrido? El público abarrotó el Chaska, el inefable Omar no lo podía creer. El resto de organizadores tampoco. Digo, lo que tampoco podían creer era que, de los tres poetas invitados para abrir fuegos, la enorme ausencia del recientemente congratulado Bethoven Medina pesaba demasiado. Así que a empezar se ha dicho.
Miércoles 02 de diciembre, siete y media de la noche. César Olivares, moderador del evento, agradece la presencia de los versoeschuchas que espectan desde la penumbra. Lo acompañan en la mesa el novísimo Luis Núñez y Carlos Santa María, poetas de generaciones distintas. La voz estruendosa de Luis rompe los vidrios de la inercia, la ciudad de Trujillo se descubre en sus versos como un bloque pintado de inoperancia y hastío. Acertada manera de empezar. Justo cuando Luis termina de leer, se deja notar la presencia de una personalidad contundente. Era el gran Bethoven Medina quien, repleto de versos y disculpándose por la impostergable tardanza, arranca grandes aplausos de los asistentes que saludan su presencia. Ahora sí tenemos la mesa completa. Es el turno de Carlos Santa María, finalista de la última bienal de poesía Premio Copé quien hizo que los oyentes palparan la belleza de las simples cosas en cada uno de sus versos. Más aplausos. Ahora era el turno de Bethoven Medina, fundador de la “agropoética”, a decir de las malas lenguas, quien leyó los mejores textos de dos de sus libros: “El arriero…” y de su más reciente, premiada e inédita producción “Ulises y taykanamo en los mares del Sur”.
Belleza definitiva. El público se mostraba visiblemente emocionado. El moderador, aprovechando tal entusiasmo, invitó a los asistentes a participar con algún comentario, crítica o felicitación. Muchos congratularon a los poetas así como a la organización del evento. David Novoa, quien ensayaba unas palmas evidentemente chongueras, se aunó a la felicitación y pidió, sino fuera un atentado contra la humildad, que cada poeta culminara su participación con la lectura de un poema final. Éstos no se hicieron de rogar.
Ya cuando encendieron las luces, y la música de Silvio Rodríguez untaba de versos las paredes del “Chaska”, pude reconocer otros rostros que fueron llegando luego de iniciado el evento. Para mi satisfacción, descubrí a varios grupos de jóvenes poetas que han sentido el llamado a juntarse, sin esa rivalidad y recelos que caracterizaban a la gran mayoría de grupos literarios de la década pasada, a trabajar juntos por el bien de la poesía. Ahí estaban los muchachos del grupo “Orem”, los mancebos del colectivo “D’arte”, los nínfulos de “Pegrías del alma”. Seguramente para los miércoles procedentes se contará con los muchachos de otros grupos literarios de nuestra ciudad.
Eventos como estos me permiten, con todo respeto, refutar aquellos hermosos versos que el maestro Martín Adán escribiera para abordar la soledad creativa: “Poesía no dice nada / poesía está callada/ escuchando su propia voz”. “Poesía de miércoles” nos convence de lo contrario. Por eso el título de esta crónica.

4 comentarios:

Ricardo Calderón Inca dijo...

MUY BUENA INICIATIVA...
ADELANTE CON LAS INQUIETUDES... QUE LA POESÍA NOS INFLAME...
UN SALUDO AFABLE DE RICARDO CALDERÓN INCA///

Anónimo dijo...

JAJAJAJ
QUE BUENA FOTO.
ESA FUE LA DURANTE LA PRIMERA CITA KON LA POESÍA.
SALUDOS POR TAN BUENA LABOR...

Anónimo dijo...

LA POESÍA ESTÁ CALLADA, ESTÁ JODIENDO...

augusto rubio acosta dijo...

buena voz, ya vamos por chaska