martes, 7 de septiembre de 2010

FECHA 39

Poesía de Miércoles por todos lados

David Novoa

Y permanece como una estrella fija tras los turbios cielos de Trujillo. Como un durmiente apolillado aguardando al ferrocarril del atardecer, como un canillita viendo pasar el río de combis, taxis, mitines, permanece, permanece, permanece Poesía de Miércoles. Y no se va a la miércoles Poesía de Miércoles, y no se va y no se va pa campeón, mas bien rocía su aciago perfume hacia las grises callejuelas trujillanas atrayendo, cual Flautista de Hamelín, a las majestuosas criaturas de la noche: a los poetas y a los que aman a la Poesía -que también son poetas-.
Renato Milla Velezmoro, aeda de la imagen, ha arribado con un proyector de slides. Con Tume y Olivares arreglamos las sillas, desempolvamos las mesas, colocamos las velas y en pocos minutos el altar de la Palabra se cierne ya peligrosamente sobre el respetable. Esta noche se presentan dos audaces piuranos: Reynaldo Cruz Zapata y Cosme Saavedra. Poeta y cuentista, respectivamente. Traen novedades a Trujillo: la revista Inn Cultural, el poemario Ciudad Mutable y el libro de cuentos Walac. Jorge Tume da inicio introduciendo su efectivo florín florán de profe dicharachero, luego son los mismos autores quienes cantan solitos en escena y nos detallan los pormenores de sus hazañas editoriales. Y, como sigue, concluyen con poemas de su autoría: Nos prohibieron habitar la plazuela/ fumar un pitillo/ en el malecón// Nos prohibieron/ hablarle a Octavio/ de física y política internacional// Pero sobre todo/ nos prohibieron/ con Decreto Supremo/ escribir poesía/ por posible rebrote de subversión. Con deliciosa rabia, continuó Cosme Saavedra: PARA DESCENDER/ Han bastado tus manos para traerme hasta aquí/ Donde rueda la noche sus estrellas de sangre/ Han bastado tus ojos para volcarme en la rabia/ Para tender mis pecados en las montañas del cielo/ Ya no quiero mirar ese espejo que te traiciona puñal en mano/ Porque hasta la poesía se corre de mis dedos como una hilacha de sueño/ Porque es tan miserable verse uno mismo mordido por su propia tristeza/ Para descender he necesitado que me destruyan y pongan en tambores mi piel/ Para descender he necesitado este mal de ojos, esta diarrea inefable/ este papel insurrecto que me devora las ganas de ganarle unos versos a los poetas que vendrán. Aplausos... y susto. El Chaska bulle de almas inquietas. Las rojas burbujas que Renato proyecta sobre los poetas nos envuelven en un marco surreal que recobra vida con la segunda mesa: Katlheen Urteaga, floreciente e inteligente hadita de la UPAO, la irónica princesa espartana Cecilia Gamarra, el nihilista, destroyer, puntero derecho, Mario Morquencho y nuestro inefable poeta de la zurda, rey de los autogoles: Beto Barriga. Dejamos que se desempeñen solitos y contentos, cuando, como era de esperarse en Poesía de Miércoles, hizo su irrupción -enviado directamente por Dios- el Estro Poético. Por supuesto nadie lo vio a excepción del genio José Carlos Orrillo, quien le tomó una foto (la imagen que captó fue la de una luz enceguecedora con millones de ojos al centro) e inmeditamente se fue llorando a celebrar, abrazado al gato Baudelaire, arrodillado frente a la puerta del baño para damas (se sospecha que buscaba consuelo).
Con un poema que más parecía una patada, empezó Cecilia: Queridos enemigos míos/ Un agradecimiento muy profundo, desde el fondo de mi estómago/ Estoy muy agradecida por sus ladridos, por sus gritos y alaridos de envidia sin motivo/ Por su no estima y sus disfrazadas palabras/ Gracias por ser enemigos gratuitos/ Gracias también a los tuertos testigos oculares/ Me alegra el saber que contribuyo a mantener muy activos sus cinco sentidos/ ¡Oh! pequeños charlatanes, muchas gracias por las lacerantes palabras que salen de su sucia cavidad bocal/ El saber que gente ajena a mí se preocupa por lo que digo y hago me conforta/ Aunque su preocupación sea enfermiza, igual se agradece/ Gracias por hacerme saber que soy imprescindible en sus vidas/ Amigos que me odian, no les escribo esto porque yo los sienta importantes para mí/ como yo lo soy para ustedes/ sino que escribo estas líneas por cuestión de educación/ pues hay que agradecer los mínimos detalles/ Gracias. Con voz de alma antigua, le sucedió la grácil Catita Urteaga: ¿Qué es lo que necesito?/ Lo sabes perfectamente/ hace bastante tiempo que estoy dándote señales/ que te miro diferente/ que te sonrío como no suelo sonreírle a nadie/ ya todo el mundo lo notó/ Me dirás que esas cosas no se eligen/ que llegan sin que las busquemos/ es verdad, nadie busca a nadie y sin embargo todos se encuentran/ Pero ¿qué pasa con nosotros?/ los que encontramos pero nadie nos encuentra/ los que no tenemos eso que algunos llaman suerte/ sí, nosotros, los no correspondidos/ que estamos jugando en la eternidad. Su voz voz fustigó el corazón de los asistentes como un látigo ancestral. Mario Morquencho se solazó en su vibración destroyer, e hizo el amor, trafagoso y terrenal con sus palabras: Intensa intensidad de movimientos/ movimientos que matan/ galopándonos/¡Oh movimientos!/ Vaivén oceánico de orgasmos/ ¡Oh, velocidad!/ dulce motor de éxtasis/ ¡Oh violencia de alborada!/ tu cuerpo es mío/ ¡Oh clímax!/ bella muerte/ Muero/ bella muerte/ morimos tanto/ tanto bella muerte. Y para concluir la noche Beto Barriga nos castigó, potito calato, con la máxima crueldad de sus verdades: Ustedes tienen sus reglas y religiones/ pero cuando las reglas empiezan a romperse/ hay una voz en mi cabeza que dice ser el Salvador/ que predica su propio credo/ que enseña a odiar amar y a amar odiar/ y te brinda el conocimiento para doblegar al destino// Si este es el caso dejemos a la Locura tomar la Palabra:/ para declarar a todos los jueces ¡culpables!/ decir a todos los jefes ¡despedidos!/ para hacer sentir a todos los bancos ¡la pérdida total!/ ya que la oscuridad se asoma y la Voz empieza a exigir adoración de parte de los hombres.
Y así Beto metió una vez más un poético golazo.
Y así el gato Baudelaire hizo la pila fuera de su caja.
Y así, una vez más, Poesía de Miércoles continuó con su cometido: Existir. Existir en este entorno enajenadamente frívolo y descaradamente egoísta donde se ha institucionalizado la deshonestidad, donde se cultiva la vanidad, donde todo es a la mitad: mitad risa, mitad pena, mitad alegría, hasta mitad mediocridad, donde nada aflora plenamente porque hay demasiado miedo, miedo a no ser aceptado, miedo a lo que digan, miedo al ridículo: puro, purito miedo a vivir de verdad.
¡Aquí existe Poesía de Miércoles! Aquí extiende tus raíces, engorda tu tronco, aquí estira tus ramas y brinda tus frutos: quien coma de ellos no temerá más. Pateará las puertas de la hipocresía, entrará con espadas y antorchas en los templos de Adoración a la Materia y sacrificará su fealdad: Esta oprobiosa e insostenible carga de sentirnos importantes, de creernos poseedores de la razón para sólo alejarnos más de la Verdad.
¡Aquí existe Poesía de Miércoles! ¡Aquí sacrifícate entregándote a las horrendas garras de la Beldad!

2 comentarios:

Mario Morquencho León dijo...

que carajo es esto
"Que matamos y morimos en una misma noche/ que los tragos caen por el pescuezo como una dolorosa cascada de cristal/ que una mujer, dos mujeres, diez mujeres, mil mujeres/ me han desvestido al final del callejón/ y con garras y dentelladas han arrancado mi corazón electoral/ que ha votado por la mentira y sólo en eso he triunfado/ en el Perú.

de quien es eso no es mio eso no es medianoche el texto k leiii buenooo David quiza una confusion ahhhhh

Café Sideral dijo...

JEJEJE, DAVID TIENE MÚLTIPLES CHASKAS :P