lunes, 1 de marzo de 2010

POESÍA DE MIER... SOMOS HERMOSOS!

¡Poetas basura! ¡Nunca nadie los ha querido! ¡Nunca nadie los va a querer!!!, resonaba la voz del conciente colectivo trujillano hasta que fluctuaron las vibraciones, cambiaron las mareas estelares y el influjo de los astros se tornó más compasivo para con los amantes de Lo Bello. Fue así que nació Poesía de Miércoles. Ahora cada media semana a partir de las siete y media se abren las puertas del Chaska como eclosiona una flor y entran las almitas a beber la miel del espíritu. Y en esta ocasión lo repletaron ante la inminente presencia de varios ángeles luminiscentes.

El primero en batir las alas fue el actor y poeta David Hoyos con su performance Diez Minutos de Silencio. Invitados los asistentes a la Sala de Performances, se ubicaron cómodamente para disfrutar de los manjares de su inspiración cuando unos ruidos prepotentes y neuróticos invadieron el espacio. El poeta investido de blanco lino y arrodillado en medio una blanca recámara permanecía en blanco silencio. Luego, los sonidos fueron disolviéndose en el mutismo que Hoyos proponía y la habitación quedó transformada en un remanso de paz. Un hilillo de música meditativa empezó a discurrir en la inmaterial quietud. Inesperadamente afloró la voz del poeta: Y más allá todavía/ ahí donde acaba el cuerpo/ donde no hay médula, molécula o átomo/ sólo existe silencio/ hospedando dulcemente la Luz. Concluido su sigiloso hechizo, bajó del estrado y mirando fijamente a los ojos –en medio de una viviente y gozosa calma- se unió en cálidos abrazos con quien hallaba a su paso. Fue así que partió, atravesó en trance las descarnadas calles de Trujillo y se perdió en el horizonte, rumbo al mar.

El segundo en aparecer fue el Poeta del Apocalipsis, Beto Barriga. Investido de sus chaplinescas características -sombrero de paño y bastón en mano-, arremetió contra el silencio creado por David Hoyos y levantando en alto su vara para hincar la apacibilidad de los cielos, imprecó: En vista de nuevos descubrimientos por parte de La Locura/ me empiezo a preguntar porqué en estos días/ me veo invadido por una manada de maravillas/circulando a mi alrededor como moscas./ Sintiendo cómo la duda carcome a los santos que lideran a la gente/ y porque le temo al encierro y a lo que mora en la oscuridad/ pido, hermanos, regocijarse por la caída de La Locura... Afortunadamente su negra filosofía fue engullida por el sacrificio de amor de la presentación previa. Y Beto Barriga fue absuelto de toda culpa. Y Beto Barriga fue aclamado por rugientes multitudes. Y Beto Barriga partió rumbo a su casa a terminar la tarea porque todavía es un colegial y había llegado su madre quien lo llevó de la oreja, muchacho malcriado ya vas ver. Juntándote con los poetas, ¿no? ¡¡¡Ya vas a ver!!!

Y fue ésta la gloriosa partida de nuestro héroe.

Concluimos con el punto más lumínico del programa. La presentación del poemario La Danza Finita del vate chiclayano StanleyVega. Comentaristas: el reconocido poeta Luis Eduardo García, y el ganador del premio Nóbel por siete veces consecutivas, Jorge Hurtado –El Gudi- recién dado de alta de un Centro de Rehabilitación para millonarios. Fiel a su estilo El Gudi se remoloneó con los grandes genios de la historia, citó –en sus idiomas originales- a filósofos y poetas de diferentes partes del mundo y construyó un vigoroso edificio de ideas que quizá nos hubieran convencido de haberlas oído, mas su pronunciación fue tan incierta que todo el mundo aplaudió sin haber entendido nada. Luis Eduardo, zorro viejo en estas lides, vocalizó con tranquilidad, mantuvo el micro a prudente distancia y nos acercó limpia y cómodamente a los atributos de La Danza Finita. Remató el entrañable Stanley Vega con estos crudelísimos versos: Hoy he vuelto a viajar/ hacia un lugar/ donde nadie me espera.//Y es que a decir verdad/ nadie existe.

Al finiquitar el evento partimos todos en poético trance tras las huellas de David Hoyos, atravesando la adversa, superflua Trujillo, hacia el mar.

David Novoa